Una decena de los fallecidos pertenecían a las Fuerzas Armadas mexicanas y 19 a los grupos criminales que generaron los disturbios violentos.

Al menos 29 personas murieron por la violencia desatada el jueves en el estado mexicano de Sinaloa tras la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «el Chapo» Guzmán. El detenido es una de las personas más buscadas desde los EE. UU.

El secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, desglosó que, de los 29 fallecidos, 10 pertenecían a las Fuerzas Armadas mexicanas y los 19 restantes a los grupos criminales que generaron los disturbios violentos. Además, el secretario celebró que, de acuerdo con la información actual, ningún civil inocente perdió la vida.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su rueda de prensa diaria, lamentó la pérdida de personal militar: «Diez militares perdieron la vida en el cumplimiento de su deber en aras de garantizar la seguridad. El Estado mexicano les dará honores fúnebres».

Respecto al saldo de heridos, Sandoval contabilizó a 35 militares lesionados por armas de fuego, además del daño a vehículos terrestres y aéreos de las Fuerzas Armadas.

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